Con la llegada del frío, nuestro cuerpo se enfrenta a nuevos retos. Los días más cortos, los cambios bruscos de temperatura y el aumento de la vida en interiores pueden afectar a nuestro bienestar general y al funcionamiento del sistema inmunitario. Por eso, noviembre es un buen momento para reforzar nuestras defensas de manera natural y consciente.
¿Por qué bajan las defensas en invierno?
Durante los meses fríos, la exposición al sol disminuye y con ella la producción natural de vitamina D, un micronutriente esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Además, el aire seco y los espacios cerrados favorecen la propagación de virus respiratorios.
Por eso, es importante cuidar ciertos hábitos que ayudan a mantener las defensas en equilibrio y a protegernos de los agentes externos.
Alimentación rica en vitaminas y antioxidantes
Seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, aporta los nutrientes necesarios para un sistema inmunitario eficaz. Vitaminas como la A, C y D, y minerales como el selenio o el zinc, contribuyen al funcionamiento normal de las defensas y a la protección frente al daño oxidativo.
Alimentos como los cítricos, el kiwi, las zanahorias, el brócoli o los frutos secos son excelentes aliados para el otoño e invierno.
Dormir bien y reducir el estrés
El descanso adecuado es esencial para mantener una buena salud inmunológica. Dormir entre 7 y 9 horas ayuda a regenerar las células del sistema inmune. Asimismo, técnicas de relajación como la respiración consciente, la meditación o el yoga pueden reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso puede afectar a nuestras defensas.
Mantenerse activo, aunque haga frío
El ejercicio moderado estimula la circulación y mejora la respuesta inmunitaria. Actividades como caminar, practicar yoga o hacer ejercicio en casa pueden marcar una diferencia significativa. La constancia es más importante que la intensidad.
Apoyar las defensas cuando es necesario
A veces, y especialmente en esta época del año, puede ser útil reforzar la alimentación con complementos que contengan nutrientes como vitamina A, vitamina C y selenio, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Estos nutrientes, presentes en Plesinox 3A, forman parte de una combinación equilibrada que ayuda a mantener las defensas en condiciones normales, siempre dentro de un estilo de vida saludable.
En resumen
El invierno no tiene por qué significar un bajón de energía ni de defensas. Cuidar la alimentación, el descanso y la gestión del estrés es clave para afrontar el frío con vitalidad. Tu sistema inmunitario trabaja cada día para protegerte: cuídalo también tú.
Bibliografía
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DIG-2-0636-112025
